Érase una vez un príncipe que se llamaba Darío que nació maldito y la única manera de curarlo era encontrar una flor mágica. El Rey mandó a los caballeros al bosque encantado para buscarla. Los caballeros se perdieron y tardaron mucho en encontrarla pero lo consiguieron. Al final llevaron la flor al castillo, la Reina preparó la infusión y se la dio a su hijo. A los pocos días el príncipe se curó.
Fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario